A través del sacrificio vicario de Jesucristo en la cruz, se expresa la respuesta de Dios al problema del pecado humano, ofreciendo redención, reconciliación y perdón para toda la humanidad.

El propósito fundamental de la cruz se encuentra en su capacidad para redimir el pecado humano, siendo la respuesta divina al problema del pecado, como lo muestra 1 Pedro 3:18 al explicar que Cristo sufrió por nuestros pecados para llevarnos a Dios.

Isaías 53:11 ofrece una ilustración de cómo el sacrificio de Cristo en la cruz satisface la justicia de Dios y anula la deuda del pecado, siendo su sufrimiento vicario y plenamente satisfactorio. Desde el tormento físico de la crucifixión hasta el sufrimiento emocional y espiritual de Jesús al cargar con el peso del pecado, todo está detalladamente descrito.

Es crucial comprender que el sacrificio de Cristo en la cruz es único y completo, como se destaca en Hebreos 10:12-14, donde se enfatiza que Cristo ofreció un solo sacrificio por los pecados, haciendo perfectos para siempre a los santificados. Por lo tanto, la salvación se presenta como eterna y segura para aquellos que confían en Cristo, ya que su sacrificio es suficiente y completo.

Se establece un paralelo entre la historia de Absalón y David en el Antiguo Testamento y la reconciliación que Dios ofrece a través de Cristo, destacando la disposición divina para restaurar a los que están alejados, tal como se expresa en 2 Samuel 14:14, donde se afirma que Dios proporciona medios para no alejar de Sí al desterrado.

En resumen, la cruz de Cristo ocupa un lugar central en el plan redentor de Dios, cumpliendo con las exigencias de la justicia divina y ofreciendo reconciliación y perdón para toda la humanidad.

Adrian Roger nos ayuda a profundizar y entender el misterio del nacimiento virginal de Jesús el salvador.

El sagrado misterio de su nacimiento

El nacimiento virginal no depende de nuestra comprensión para que sea válido. Hay muchas cosas que no entendemos. Por ejemplo: no entendemos como una vaca café come pasto verde y da leche blanca que al batir da mantequilla amarilla. No entendemos eso.

Hay muchas cosa que no las entendemos pero las experimentamos. El gran Garner Brands dijo: “no entiendo la electricidad pero no me quedaré sentado en la oscuridad hasta entenderla.”
Puede ser un misterio para nosotros pero no para Dios.

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.

Sabía que por toda la eternidad, por todas las edades, ningún ángel había visto a Dios sino hasta que el Verbo se hizo carne. Nos unimos a María para decir: “¿Cómo será esto?” y nos unimos con el ángel al decir: “con Dios todo es posible.” Y nosotros decimos: “amen.”

El ministerio salvador del nacimiento virginal

Todos nosotros somos representados por dos hombres, o Adán o Jesús. En Adán todos mueren, en Cristo todos vivirán.
Si quitamos el nacimiento virginal no tenemos esperanza del cielo. Jesús vino como vino, nacido de una virgen para hacer lo que fue, sin pecado para hacer lo que hizo, morir una muerte sustitutoria. Él nació de una virgen para que nazcamos de nuevo. Vino a la tierra para que vayamos al cielo. Él se volvió el hijo del hombre para que llegáramos a ser hijos e hijas de Dios.

La soberana majestad de su nacimiento

Como el Hijo de Dios, él comparte la naturaleza de Dios. Como el Padre así el hijo. ¿Quién es este bebe nacido de una virgen? Pura y simplemente él es Dios en carne humana. Hebreos 1:8 dice:” Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.” Este bebe es tan Dios como si no fuera nada hombre, es el hijo terrenal del Padre celestial y el hijo celestial de una madre terrenal.

El Pastor Rogers predica acerca de la vida de José y nos enseña cinco principios que nos arrojan luz para poder transitar los tiempos en que las cosas que nos acontecen parecieran no tener ningún sentido.

¿Qué sucede en nuestras vidas cuando las situaciones que pasan a nuestro alrededor parecieran no tener sentido, cuando se supone que hemos aplicado principios apropiados y somos golpeados por circunstancias que no sabemos porque pero nos suceden?
¿Qué es lo que hacemos cuando la vida no tiene sentido?

Si de no tener sentido se trata el tema, echemos un vistazo a la vida de José. Vendido por sus hermanos. Llevado como esclavo a Egipto. Acusado falsamente y prisionero por muchos años.

No demande el entender.
Aunque nosotros debemos tratar de entender lo que nos está sucediendo pero no al punto de demandarle al Señor una explicación. Proverbios 3: 5-6 “fíate del Señor y no te apoyes en tu propia prudencia.” José no había hecho nada malo.

Solo porque no tenga ningún sentido para mí no significa que no lo tenga. Solo porque no tenga ningún sentido ahora no significa que no lo tendrá más tarde. Quizás hoy no lo entendamos pero en años venideros tal vez sí.

No deje de ser fiel.

Aún cuando José no podía entender, él no fue un cristiano solo de buenas temporadas. Él no puso mala cara ni se enojó con Dios. El seguir sirviendo a Dios es lo correcto, aún en tiempos de poca claridad en nuestro camino.

No dé cabida a la amargura.

Podemos ver en José un maravillo espíritu. Ni una gota de amargura en sus palabras. No permitió que la amargura llenara su corazón a pesar de ver que todo lo que le sucedía era injusto. Ni siquiera menciona a sus hermanos, tampoco menciona a la mujer de Potifar, ni al mismo Potifar para quejarse o maldecir. Se contenta con dejarlo todo en las manos de Dios. 1 Pedro 2: 20 “Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios.”

Una de las grandes pruebas de la vida es, no como reaccionamos cuando somos castigados por hacer lo malo, sino como reaccionamos cuando somos perseguidos por hacer lo bueno.

No desprecie la espera.
Cuando no entendamos las circunstancias no debemos impacientarnos ni desesperar. 1 Pedro 5:6 “Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo.” Dios tiene su agenda. Él nunca se tarda pero tampoco de adelanta.

No deje que sus sueños se disuelvan.
No dudes en la oscuridad lo que Dios te ha revelado en la luz. Dios no falla. No le falló a José. No nos fallará a nosotros. No pierda la fe cuando la vida parezca no tener sentido. Siempre es temprano para rendirse.

El Pastor Adrian Rogers predica sobre lo que significa el verdadero éxito. Comparte de la serie Éxito en las finanzas, Dios quiere dirigir nuestro camino, ¿Cómo Conocer la Voluntad de Dios? La Palabra de Dios es luz y guía para la vida.

Es difícil confiar en Dios cuando no se le conoce. Conocer a Dios es amarlo y, a su vez, confiar en Él. Es vital invertir tiempo en conocer al Señor para superar las dificultades y confiar en Él.
La dependencia total en el Señor conlleva una dirección fiel y una dinámica poderosa en nuestras vidas.

A través de la confianza en Dios, Él puede allanar nuestro camino y abrir caminos incluso en medio de obstáculos.
Dios puede guiar a las personas de diferentes maneras. Una de ellas es a través de Su Palabra. Salmo 119:105 para resaltar que la Palabra de Dios es una lámpara que ilumina nuestro camino.

Mediante la oración, Dios puede guiarnos. Hechos 8:29 nos habla de cómo el Espíritu Santo guía a Felipe a acercarse a un carro y predicarle al eunuco.
La sabiduría es otra forma en que Dios nos guía. Santiago 1:5-6 nos habla que Dios da sabiduría a quienes la piden. La sabiduría no es simplemente una emoción o un sentimiento, sino un juicioso y espiritual sentido común que proviene de Dios.

El Pastor Adrian Rogers nos enseña en su predicación de la serie El Cristianismo Autentico, principios bíblicos para reconocer a los falsos maestros, hombres que profesan conocer a Dios pero en los hechos lo niegan.

2 Pedro 2 comienza advirtiendo sobre la aparición de falsos maestros y apóstatas en la comunidad cristiana. Estos individuos se presentan como líderes espirituales, pero en realidad, son charlatanes pomposos que seducen a las almas inconstantes con palabras infladas y vanas. Pedro subraya que estos falsos maestros prometen libertad, pero en realidad, esclavizan a las personas a la corrupción del pecado.

La estrategia de los apóstatas es atraer a las almas inconstantes, aprovechando su concupiscencia de la carne y disoluciones. En otras palabras, utilizan la lujuria y la debilidad humana como carnada para atrapar a los creyentes.
Un verdadero creyente, a pesar de cometer pecados, aborrece el pecado y busca alejarse de él. Tiene la naturaleza divina y el deseo genuino de agradar a Dios, busca la santidad y la transformación interna. En contraste, un apóstata regresa al pecado y se siente atraído por él, como un perro que vuelve a su vómito o un cerdo lavado que regresa al lodo.

La salvación no se basa en ser miembro de una iglesia o recitar un plan de salvación, sino en recibir a Jesucristo como Salvador y Señor personal. La fe genuina produce un cambio en el corazón y un odio hacia el pecado. Los creyentes son guiados a crecer en la gracia y el conocimiento de Cristo, fortaleciendo así su fe.

La auténtica fe en Jesucristo conlleva un deseo sincero de vivir en obediencia a Dios y un profundo rechazo al pecado. Es de importancia discernir entre los verdaderos creyentes y aquellos que solo pretenden serlo, enfocándose en la necesidad de la salvación genuina y la transformación interior.

El Pastor Adrian Rogers predica sobre la necesidad del conocimiento de la Palabra de Dios para el crecimiento y madurez espiritual.

Recibir la Palabra de Dios con un espíritu arrepentido.

Conocer la Palabra de Dios va más allá del conocimiento intelectual y requiere un corazón limpio y arrepentido. Juan 7:17 Jesús enseña que aquellos que desean hacer la voluntad de Dios conocerán la verdad.
Dar la bienvenida a la Palabra de Dios con un espíritu abierto. Esto significa estar dispuesto a aprender y someterse a las enseñanzas de la Biblia. Santiago 1:21 insta a recibir la Palabra con mansedumbre.

Dar la bienvenida a la Palabra con un espíritu aplicativo.

No solo escuchar la Palabra, sino también ponerla en práctica. Escuchar y no obedecer es engañarse a uno mismo. Santiago 1:22 dice que no debemos ser solo oidores de la Palabra, sino hacedores de la obra.

Dar la bienvenida a la Palabra con un espíritu atento.

Esto implica un estudio minucioso y profundo de la Palabra de Dios. Es necesaria una mirada atenta y profunda para comprender y aplicar sus enseñanzas. Santiago 1:25 enfatiza que aquellos que miran atentamente en la perfecta ley de la libertad y perseveran en ella serán bienaventurados en lo que hacen.