Una Vida Productiva

El pastor Cash Luna predica acerca de la importancia de ser productivos, no solo en términos de cantidad, sino también de calidad. Ser un buen productor implica hacer las cosas bien y siempre buscar mejorar. Isaías 55:10 habla sobre cómo Dios creó un sistema para mantener la productividad en la tierra.

Dios es el primer productor. En la creación, Él le ordenó a la tierra que produjera hierba, árboles y frutos. Esta instrucción de Dios de producir es algo que los seres humanos debemos emular. Jesús, siendo carpintero, producía trabajos de alta calidad, comparables en excelencia a sus milagros.

La siembra y la cosecha, es una ley fundamental que mantiene la vida. Si la tierra no fuera productiva, no habría alimento. Esta ley también se aplica a la vida humana, incluyendo la reproducción. Dios provee los recursos necesarios para que la tierra y, por extensión, la humanidad, sigan siendo productivos. La palabra de Dios es comparada con una semilla que, cuando se mezcla con fe, produce bendiciones.

Se menciona la parábola del sembrador de Mateo 13:22, donde se explica cómo el afán de la vida y el engaño de las riquezas pueden ahogar la palabra de Dios, haciendo que sea infructuosa. Por el contrario, aquellos que oyen y entienden la palabra en buena tierra producen frutos en abundancia. La buena tierra es aquella que da fruto al 30, al 60 o al 100 por uno. Se alienta a los oyentes a no dejarse llevar por las preocupaciones de la vida, ya que esto impide que la palabra de Dios fructifique.

La fe es esencial para asumir riesgos y ser productivo. Donde hay fe, se asumen riesgos confiando en que Dios sacará adelante. Los mayores rendimientos vienen con mayores riesgos. Los siervos que produjeron más en la parábola de los talentos asumieron riesgos, mientras que el siervo que no produjo nada no asumió ningún riesgo por falta de fe.

Debemos asumir la responsabilidad de nuestros propios actos y decisiones. El siervo que escondió su talento, justificó su inacción culpando al señor de ser duro, en lugar de admitir su propia negligencia.
Dios premia la productividad y que ser productivo es una muestra de fidelidad hacia Él. Dios puede hacer prosperar a alguien que hace bien las cosas, incluso si otros fallan.

La productividad y la fe están intrínsecamente relacionadas y son claves para recibir las bendiciones de Dios. 2 Corintios 9:10 enfatiza que Dios es quien provee y multiplica la semilla para que seamos enriquecidos en todo y podamos realizar buenas obras. La ofrenda es vista como una semilla que, cuando se siembra con generosidad y fe, produce abundantes frutos de justicia y bendición.