Prosiga mas allá del Dolor de los Sentimientos


Los sentimientos y las emociones suelen llevarnos a tomar no buenas decisiones. Joyce no invita a trascender el dolor de los sentimientos y proseguir nuestro camino.



Mi alma carece de paz, me he olvidado lo que es la felicidad, así que digo: mis fuerzas han perecido y también mi esperanza en el Señor.

La esperanza es una expectativa positiva de que algo bueno nos va a pasar en cualquier momento. Cuando pesamos así nos ayuda a permanecer fuertes. Cada digámonos a nosotros mismos al despertar “algo buenos me va a suceder hoy”.

Podemos escoger que pensar y también podemos echar fuera pensamientos de nuestra mente.
Lamentaciones 3:21-25 dice:” Pero de esto me acuerdo por lo tanto tengo esperanza: el amor constante del Señor nunca se acaba, sus misericordias nunca terminarán, son nuevas cada mañana; ¡Grande es tu fidelidad! El Señor es mi porción dice mi alma, por lo tanto esperaré en él. El Señor es bueno a los que en el esperan, al alma que le busca.”

Mientras Jeremías siguiera pensando acerca de lo que había perdido su condición empeoraba. Pero tan pronto como decidió pensar acerca de las buenas cosas en su vida, de repente todo comenzó a cambiar.

Dejemos de buscar que Dios nos de lo que nosotros queremos y digámosle a él que queremos lo que él quiere.


Dios nos promete que nada en nuestra vida, ni lo más tonto que hayamos hecho será desperdiciado si se lo damos a él.

Cuando Dios comenzó conmigo no tenía nada, era un lío en todas las áreas. Mi mente era un lío, mi manera de hablar, como me sentía acerca de mi misma, como trataba a otras personas. Yo tenía mucho dolor en mi vida. Cuando yo veo lo que Dios ha hecho en mi vida me apasiona ver lo que Dios puede hacer en la suya. Con Dios todo es posible.

Dejemos de buscar que Dios nos de lo que nosotros queremos y digámosle a él que queremos lo que él quiere. Que su voluntad sea hecha en nuestra vida. Voy a decir si a lo que tú quieres y ni siquiera sé lo que es.

Veamos las emociones y los sentimientos.

Primeramente los sentimientos son caprichosos. Siempre cambian, no se puede depender de ellos. Están allí cuando no los quiere y no están cuando si los quiere. No le demos el voto cuando estemos tomando decisiones, especialmente decisiones importantes.

No se puede confiar en emociones. Tenemos que ver más allá, que dice la Palabra de Dios. Debemos aprender a hacer lo correcto cuando uno se siente mal. Si continuamos esperando a que todo se sienta bien antes de hacer lo correcto, el enemigo siempre tendrá el control. Los malos sentimientos llegan cuando no los queremos y los buenos huyen cuando los queremos. Debemos proseguir y pasar el dolor de un sentimiento.

Debemos tomar las decisiones correctas aún cuando nos duele. No se siente bien ahora, pero después sí.


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