Itiel Arroyo

No Pelees esa Batalla

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Dios desea moldear el carácter Cristo a través de las presiones que causan las injusticias que sufrimos.

La presión divina que moldea a las personas, Itiel la llama “la presión de la injusticia. Hombres y mujeres de Dios han tenido que enfrentar injusticias en sus vidas y cómo han aprendido a responder correctamente a ellas.

David, un hombre cuyo corazón fue moldeado bajo la presión de la injusticia, enfrentando al rey Saúl, quien lo trató de manera injusta y hostil. Todos aquellos que tienen el diseño divino de Dios en sus vidas, también enfrentarán presiones e injusticias.

¿Cómo respondemos ante las injusticias que vienen de personas cercanas, quienes forman parte de nuestro círculo social más íntimo? Nuestra respuesta determinará si nuestro corazón se forma a la imagen de Dios o se deforma a la imagen de Satanás.

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Todos tenemos nuestro “Saúl” en la vida, una persona cercana que nos trata injustamente y nos causa dolor. Esta persona puede ser un enemigo íntimo que nos desafía a crecer y a responder con sabiduría y amor.
David, en un momento en que Saúl le arrojó una lanza, no devolvió el golpe ni se defendió con violencia. En lugar de eso, David mantuvo su mano en el arpa y adoró a Dios en medio de la injusticia. Esta actitud demuestra el verdadero coraje y valentía de David al resistir la tentación de responder con violencia. La verdadera batalla es interna, la que se libra en el corazón.

Debemos confiar en la mano de Dios en lugar de actuar por nuestra propia justicia. Es al mantenernos en la presencia de Dios y adorarlo en medio de la injusticia que podemos matar al Saúl interno y ser moldeados a la imagen de Dios.
Jesús también enfrentó la lanza de la injusticia en la cruz, aceptando el sufrimiento y la persecución para convertir a sus enemigos en amigos.

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