Itiel Arroyo

Desmontando la Ansiedad

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En esta ocasión, el pastor Itiel nos presenta un mensaje sobre la ansiedad y la manera en que podemos hallar sanidad en el amor de nuestro Padre.

Jesús les dijo a sus discípulos: “pasemos al otro lado…” Seguir a Jesús muchas veces es incómodo, porque seguir a Jesús se trata de salir de este lado de lo conocido e ir al otro lado de lo desconocido. Se trata de salir de nuestra zona de confort y seguridad y enfrentarnos a nuevos desafíos para los cuales creemos que no estamos capacitados.

A los seres humanos nos encanta lo conocido y es por una sencilla razón, somos adictos al control. Pero a Jesús le encanta impulsarnos a lo desconocido por otra sencilla razón, liberarnos del afán de tenerlo todo controlado.

Que haya una tormenta en nuestro caminar no significa que vamos en una mala dirección. Jesús no nos promete una vida carente de tormentas. Lo que si nos promete que es posible tener paz en medio de las tormentas.
La tormenta que es provocada por Satanás para hundirnos, Dios la transforma en la prueba para promocionarnos.
Hay niveles de madurez en el carácter que sólo se pueden desarrollar en el ojo del huracán. Las virtudes más elevadas en el carácter no se desarrollan en tiempos de calma, sino que se desarrollan en tiempos de tormenta.

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Una señal de madurez de carácter es tener paz en medio de la tormenta.
Solo podremos tener autoridad sobre la tormenta en la que logramos reposar.

El tema es que fuera de nosotros siempre existirán las tormentas, no podemos evitarlas. La ansiedad es cuando la tormenta de afuera logra meterse en nuestra mente.

A través del relato del evangelio podemos ver las dos maneras de transitar una tormenta. Por un lado, los discípulos desesperados y llenos de temor, y Jesús en completa paz.

¿Qué es lo que nos enseña el ejemplo de Jesús atravesando esa tormenta acerca de la ansiedad?

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Las circunstancias que nos rodean no son las responsables de nuestra ansiedad.
Es nuestra manera de pensar acerca de las circunstancias que nos rodean lo que provoca la ansiedad. La ansiedad es producto de un proceso mental, surge en nuestro mundo interior.

En definitiva la ansiedad revela nuestra falta de fe en Dios. En otras palabras, la ansiedad es un tipo de incredulidad. Está ligada a una mente huérfana.

Nuestra fe debe estar puesta en la bondad y en la soberanía de nuestro Padre, pues Él tiene el control de todo lo que nos está ocurriendo y hará siempre lo mejor. El comienzo de la sanidad de la ansiedad es el descubrimiento de Aquel que está con nosotros en la barca, atravesando la tormenta a nuestro lado.

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