Reflexiones

Lidiando con la Depresión

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En medio de la oscuridad de la depresión, el pastor Danilo nos invita a reflexionar sobre la historia de Elías y cómo Dios le renovó el ánimo, mostrándole que aún tenía un largo camino por delante.

“Elías, en su desesperación por salvar su vida, huyó a Judá y dejó a su siervo allí. Luego se adentró en el desierto y, tras caminar todo un día, se sentó exhausto bajo un arbusto, anhelando la muerte”, expresa. “Basta”, le dijo al Señor, “quítame la vida, pues no soy mejor que mis ancestros”.

En primer lugar, es importante reconocer que hombres y mujeres de fe, profundamente conectados con Dios, pueden enfrentar la depresión. Esto puede desafiar algunas concepciones, especialmente en el ámbito cristiano, donde se ha enseñado que “un corazón que alabe a Cristo no puede estar triste”. Si bien la alabanza puede ser un bálsamo para la tristeza, no siempre impide que esta se presente profundamente en nuestras vidas, incluso cuando tenemos una fe sólida en Dios.

Las personas enfrentan la depresión de manera diversa, y los desencadenantes pueden variar de una persona a otra.

Interpretación incorrecta de los eventos de la vida:

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A menudo, caemos en la depresión al interpretar erróneamente los eventos de nuestras vidas, culpándonos por situaciones que no están bajo nuestro control. Esta autocrítica puede sumirnos en la desesperación, como sentirnos responsables por la pérdida de un ser querido debido a una decisión que tomamos, como una firma en un documento médico.

Hombres y mujeres de fe, profundamente conectados con Dios, pueden enfrentar la depresión.

Falta de equilibrio personal:

Cuando no reconocemos nuestras limitaciones como seres humanos y nos excedemos físicamente, persiguiendo metas hasta el agotamiento, nos alejamos de relaciones vitales y nos preparamos inconscientemente para la depresión. El caso de Elías muestra cómo su entrega total a su misión lo llevó al agotamiento físico y emocional.

Identificación excesiva con el trabajo:

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Valorarnos exclusivamente por nuestras actividades laborales es peligroso. Todos necesitamos sentirnos útiles, pero vincular nuestra valía personal únicamente con nuestro éxito laboral puede llevarnos a la depresión. Por ejemplo, perder la capacidad de realizar una actividad que define nuestra identidad puede ser devastador.

Es fundamental recuperar el equilibrio en nuestras vidas, dedicando tiempo a actividades que nos nutran, nos llenen de vida y nos conecten con nuestras relaciones y nuestra esencia.

Cuando Elías cayó en desesperación, Dios le dio alimento y descanso. Este acto es simbólico de la importancia de cuidar de nosotros mismos en tiempos difíciles: alimentarnos física y emocionalmente, conectarnos con seres queridos, reír y disfrutar de la vida.

Al encontrarnos con Dios en nuestras peores circunstancias, se abren nuevos capítulos en nuestra vida. La esperanza renace cuando nos damos cuenta de que Dios sigue obrando en nosotros, guiándonos hacia un futuro mejor. Aunque el panorama no cambie de inmediato, sabemos que Dios cumplirá su propósito en nuestras vidas, lo cual nos llena de esperanza y fortaleza para seguir adelante.

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