Reflexiones

Predestinados a Ser como Cristo

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Es uno de los pasajes más preciosos y esperanzadores de las Escrituras. Dios tiene el control de toda situación en nuestras vidas

 

Romanos 8:28 estaría en la lista de muchos creyentes como uno de los pasajes favoritos. Es citado a menudo cuando tenemos que traer consuelo a un creyente en medio del dolor y la aflicción.
Para los cristianos este versículo contiene la promesa más gloriosa en las Escrituras. Su magnitud es abrumadora ya que abarca absolutamente todas las cosas pertinentes a la vida de un hijo de Dios.

<strong>Los cristianos tenemos la certeza de que el Dios soberano gobierna todas las cosas para nuestro bien.</strong> “…y sabemos que…” los cristianos no nos amparamos en la probabilidad de que tal vez todas las cosas obren para nuestro bien, o que nos ilusiona pensar que eso pudiera ser así, o que tenemos el presentimiento de que tal vez será de esa manera. Esto no es así. Lo que Pablo dice es que esto es algo que todos los creyentes sabemos. Aunque a veces lamentablemente tengamos la tendencia a olvidarlo de vez en cuando o tal vez más a menudo de lo que debiéramos. Entonces ¿Qué es lo que sabemos? Que Dios usa todas las cosas que ocurren en su creación para que obren para nuestro bien. Por supuesto que él puede prometer esto porque lo gobierna todo.

Lo que Pablo está diciendo no significa que todas las cosas que ocurren en este mundo caído son buenas en sí mismas. El pecado nunca es bueno. Las artimañas del diablo nunca son buenas. Recordemos que la creación fue maldita por la rebeldía de Adán y eso nos expone a muchas cosas que no son buenas.

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Por supuesto que él puede prometer esto porque lo gobierna todo.

Un buen ejemplo para ilustrar esta verdad podría ser la siguiente. Un químico farmacéutico puede tomar sustancias que son venenosas en sí mismas y mezclarlas con tal maestría, en su justa proporción que produzca una medicina para curar. Cuanto más nuestro Dios. El posee toda la sabiduría, todo el poder que se requiere para tomar eventos y circunstancias que pudieran ser para nuestro mal y tornarlas para nuestro bien.
Pero esta promesa no es para todo el mundo. Pablo define a los creyentes como aquellos que aman a Dios. Los verdaderos creyentes se distinguen porque lo aman por quien él es y lo aman por lo que ha hecho, hace y hará a nuestro favor.

<strong>Su propósito y su llamamiento son las raíces de nuestro amor por él. </strong> La lógica de la funciona así. Como Dios me llamó con un propósito en mente yo puedo confiar en que todas las cosas que ocurran en mi vida serán para mi bien, porque en última instancia esa promesa no depende de mi amor sino del propósito de Dios. Mi amor puede ser fluctuante pero el propósito de Dios es invariable y eterno.
Pero, ¿Qué era lo que Dios tenía en mente cuando nos escogió para salvación?
<em>El propósito eterno de Dios es hacernos semejante a su Hijo. Ese es el bien, que seamos como Jesús.</em>

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