Pida en Grande

Es el deseo de Dios que pidamos, pero no tímidamente sino pedir en grande. El pastor Joel nos invita a acercarnos a Dios con nuestras peticiones y con la fe de un niño.



El pastor Joel Osteen dando su sermón desde Lakewood Church en Houston, Texas.



Cuando Dios especificó el plan para nuestra vida, no puso solo lo que necesitamos para salir adelante o sobrevivir y aguantar. Puso más que suficiente, Él es Dios de abundancia.
Podemos ver en la multiplicación de los panes y los peces que Jesús podría haberlo hecho de manera exacta, pero hizo que sobrara para demostrar que es un Dios grande y que su bendición es sobreabundante.

David expresó: “mi copa está rebosando.” Debemos ser agradecidos al Señor que nos suple con su bendición lo suficiente, pero no debemos adaptarnos solo a lo suficiente, pues Él es el Dios que da más que suficiente. Su deseo es que compartamos esa abundancia con otros.

El error del pueblo de Israel en Egipto fue que en vez de orar para que Dios los librara de la esclavitud, pedían convertirse en mejores esclavos.

Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra en nosotros.


La pregunta que nos surge es ¿Cómo estamos pidiendo hoy? ¿Estamos pidiendo sobrevivir o estamos pidiendo vida abundante?

Es el deseo de Dios que pidamos en grande y no solo para aguantar. Pedir al Señor lo que Él nos prometió. No oremos con mentalidad de esclavo. Si pasamos nuestra vida haciendo oraciones poco audaces perderemos la plenitud de nuestro destino.
Pedir por lo que realmente nos importa y nos duele nunca será una oración que Dios no escuche.
Dios mismo nos invita a que nos acerquemos y le pidamos con toda confianza. Se requiere la fe de un niño para poder acercarnos a Dios con nuestras peticiones.

El rey Salomón hizo al parecer una oración demasiado egocéntrica. Pidió a Dios que lo hiciera muy conocido, que su fama se esparciera por toda la tierra. Que riquezas y honor de otras naciones les fueran llevadas a él. Pero Dios no le reprendió por tal petición ni tampoco dijo: “me estas pidiendo demasiado Salomón.” El hizo exactamente lo que le pidió.

Pero la clave del porque Dios contestó esa oración audaz fue que el deseo de Salomón excedía a su propia vida. El usaría toda su influencia para bendecir al necesitado.
No más oraciones enfermizas y débiles. No más oraciones de un esclavo. Pidamos a Dios en grande y usemos esa influencia para bendecir a otros.


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